Contemplando a María Inmaculada
"...declaramos, proclamamos y
definimos que la doctrina que sostiene que la beatísima Virgen María fue
preservada inmune de todo mancha de la culpa original en el primer instante de
su concepción por singular gracia y privilegio de Dios omnipotente, en atención
a los méritos de Cristo Jesús Salvador del género humano, está revelado por
Dios y debe ser por tanto firme y constantemente creída por todos los fieles...
" Pío IX, bula Ineffabilis Deus, 8
de diciembre de (1854)
La fiesta de la Inmaculada Concepción,
que por circunstancias queda totalmente opacada por la proximidad de la Virgen
de Guadalupe es un respiro muy grato de fe. He aquí algunas evocaciones.
En mi pueblo es distinto, porque desde
hace 400 años (1613) están las Monjas Concepcionistas. Javi, el cura joven, nos
escribe a los “misioneros”: “Ayer celebramos la fiesta de la Inmaculada
Concepción... Mucha gente ha ido a la Novena estos días para acompañar a las
MM. Concepcionistas y para rezar por ellas (que ellas lo hacen por nosotros el
resto del año…”,
Alfaro, La Rioja, 20 octubre 2013
Hijos del pueblos consagrados en la vida religiosa y sacerdotal.
En primera línea Monjas Concepcionistas en el día de los
400 años de la fundación del monasterio.
Tota pulchra: teología en
música
Para ambientar mi corazón en la fiesta
de la Inmaculada he escuchado el “Tota pulchra es, Maria” en su original
gregoriano, y lo he vuelto a escuchar una vez, y otra…
La música es un estado anímico que te
invita a comulgar con una realidad superior, la más bella de la vida, donde
nuestros deseos emocionalmente son realidad y el brillo de los ojos te delata
que estás a punto de un éxtasis…, al menos estético. A todo espíritu afinado la
música transporta. ¿No será una bellísima antesala para entrar en el Aula de la
Teología…, dado que solamente es verdadero aquello que es hermoso…?
Dice el texto:
Tota pulchra es Maria.
Et macula originalis non est in te.
Tu gloria Ierusalem.
Tu laetitia Israel.
Tu honorificentia populi nostri.
Tu advocata peccatorum.
O Maria.
Virgo prudentissima.
Mater clementissima.
Ora pro nobis.
Intercede pro nobis
ad Dominum Iesum Christum.
A dos coros se ejecuta así:
V. Tota pulchra es, Maria.
R. Tota pulchra es, Maria.
V. Et macula originalis non est in te.
R. Et macula originalis non est in te.
V. Tu gloria Ierusalem.
R. Tu laetitia Israel.
V. Tu honorificentia populi nostri.
R. Tu advocata peccatorum.
V. O Maria.
R. O Maria.
V. Virgo prudentissima.
R. Mater clementissima.
V. Ora pro nobis.
R. Intercede pro nobis ad Dominum Iesum
Christum.
.
Composición
1) El autor ha ido al Cantar de los cantares y ha leído: Tota
pulchra es, amica mea, et macula non est in te (Cantar 4,7).
El espiritual ha puesto: “Tota pulchra
es, Maria”.
El teólogo ha tomado la palabra “macula”
y la ha precisado. “macula originalis”
2) De nuevo el biblista ha ido al libro de Judith 15.9-10, a la versión
Vulgata que leía la Iglesia: “Ioachim autem summus pontifex de Hierusalem venit
in Bethuliam cum universis presbyteris suis ut videret Iudith quae cum exisset ad illum benedixerunt illam
omnes una voce dicentes tu gloria
Hierusalem tu laetitia Israhel tu honorificentia populi nostri” (La Nova
Vulgata lee esta tríada de bendición:
“Tu exaltatio Ierusalem,
tu gloria magna Israel,
tu laus magna generis nostri” Jdt 15,9).
3) La plegaria de bendición y alabanza se torna
ahora súplica de intercesión desde un nuevo título que se le da a María: Tu
advocata peccatorum.
4) El espiritual se queda extasiado ante el nombre
de María, y ahora lo repite exclamativamente: o Maria. Judit no era sino un anticipo de la belleza y del valor de
la Virgen María.
5) María es la “Theotókos”, la “Dei Génetrix”. Pero
su pureza inmaculada nos invita en este momento a deleitarnos en su virginidad,
y le llamamos:
- Virgo
prudentissima, epíteto que nos evoca a las cinco “vírgenes prudentes” o
“sapientes” de Mt 25,1-13.
- María es Madre, Mater clementissima (En la Salve; O clemens, o pia, o dulcis Virgo Maria).
5) Ora pro
nobis, intercede pro nobis. María es nuestra orante, nuestra intercesora
ante nuestro Señor, que es su propio Hijo.
La Inmaculada: Fe, Teología, Corazón
La “Mariología”
ha brotado de la Escritura y va brotando de la Escritura. Propiamente no se
hace al par de la Escritura como un área independiente de fe, sino que es de
continuo una proyección de la Escritura.
Decimos que ha brotado de la Escritura porque,
bien sea el Evangelio de la Infancia de Lucas o bien el Evangelio de Juan ya
son una Presentación avanzadísima de quién es María en el misterio de la
Encarnación. Lucas y Mateo presentan el dato primordial de “María-Virgen”. El “cómo”
queda a merced de la Teología… (en mi opinión).
Pero María
es Asunta. ¿Dónde lo ha encontrado la Iglesia? En la Escritura. ¿En qué texto?
En ninguno específicamente; en toda ella. Es fruto de la lectura contemplativa
de la Iglesia que ha percibido que si el Esposo ha llegado a la plenitud de la
glorificación, por gracia, por irradiación de Cristo, esta condición final se
ha anticipado en María.
María es
Inmaculada. ¿Dónde se encentar esta verdad? “In fide Ecclesiae”. Al cabo de
muchos siglos los Teólogo hallaron la respuesta, que no la había podido
alcanzar con claridad ni los doctores san Bernardo ni santo Tomás: “en la Cruz
de Cristo”. María fue salvada, fue redimida, por la sangre de Cristo, cuya
eficacia fue anticipada en ella.
Lanzándose
a la Escritura los santos y teólogos, al honor la divinidad de Cristo, han “como
divinizado” a María, no por ella, sino por él; no como un mundo “a se”, sino
siempre en referencia a Cristo, con la una lectura y libre de los textos
sagrados. Esas lecturas quizás nos empalagan, pero todas ellas tienen un fondo
amoroso que, si somos sabios, lo comprenderemos, y nos sabremos situar en el
punto de mira en que ellos se situaron. Y quizás entonces nuestra valoración
sea distinta. En realidad, la Teología solo se puede hacer desde el amor y para
el amor; no es un laboratorio técnico para producir productos que terminan en sí
mismo.
San Lorenzo de Brindis biblista de la Inmaculada
San
Lorenzo de brindis (1559-1619, murió el mismo día en que cumplía 60 años), doctor
de la Iglesia escribió un grueso volumen titulado Mariale. Hoy disponemos de
una edición en castellano, servida por la BAC. San Lorenzo de Brindis, Marial.
María de Nazaret Virgen de la Plenitud.
Edición de Bernardino de Armellada (Instituto Histórico de Capuchinos,
Roma). Editorial: Biblioteca Autores Cristianos Año: 2004 Páginas: 736.
San
Lorenzo, fenómeno en el conocimiento verbal que tenía de la Escritura, es uno
de esos teólogos que se ha zambullido en la Palabra de Dios con una libertad
soberana, manejando textos en todas las áreas en virtud de ese centro de unidad
meditativo – contemplativo – que él tenía de la Biblia en su unidad intrínseca.
Nos puede parecer empalagoso y artificioso, Pero, por mera intuición teológica,
advertidos que él se ha metido en unas áreas de fe donde el misterio de María es
patente- En este sentido tiene razón. No es fácil leerle, pero seríamos
insensatos si después de ver cómo combina los textos, dijéramos: Teología imaginativa.
En su
Marial, pulcramente editado, hay doce sermones dedicados a la Feista de la Inmaculada, más de cien páginas (pp.
431-49), en la sección de las Fiestas de la Virgen. He aquí, en conformidad con los
editores, los títulos y divisiones de estos dos sermones.
SECCIÓN PRIMERA. LA CONCEPCIÓN
INMACULADA DE MARÍA
I.
La inmaculada concepción de la María (Consideración general) [Sermón 1]
1. María, fundada sobre la roca firme de
la gracia y de la virtud
2. La grandeza de María brota de su
dignidad de Madre de Dios
3. El problema de la Inmaculada
Concepción
4. Dios pudo preservar a la Virgen del
pecado de origen
5. Dios lo quiso por el honor debido a
sí mismo, a Cristo y a la Virgen
6. La Biblia no excluye las excepciones
en las expresiones generales
7. La Escritura no cuenta a María entre
los afectados por el pecado original
8. Figuras marianas
9. La Escritura deja entender que María
fue concebida inmaculada
10. La Iglesia cree en la concepción inmaculada
de María
II.
María, luz de infinita gracia: por eso Inmaculada [Sermón 2]
1. María Inmaculada, joya de la
humanidad
2. María, aurora que anuncia el Sol de
justicia
3. María, toda luminosa, porque
concebida en gracia
4. La luminosidad de María no fue ofuscada
por el pecado original
5. Como si naciera un nuevo sol
6. María, exaltada por todas y sobre
todas las mujeres
7. Significado de estas alabanzas
8. María, alabada por su corazón materno
9. María, mujer fuerte en la observancia
de la Ley de Dios
10. María, toda hermosa porque siguió a
Cristo en toda virtud
11. María, mujer nueva por ser concebida
sin pecado original
III.
María, inmaculada por ser arca de la divinidad [Sermón 3]
1. María, morada digna del Dios hecho
hombre
2. Magnificencia de David y
magnificencia divina
3. María, rica en todos los dones de
naturaleza y de gracia
4. María, inmaculada por ser obra
maestra del Espíritu Santo
5. María, inmaculada por elección de
Cristo
6. María, inmaculada porque fue inmune
de todo pecado actual
7. La concepción inmaculada de María
muestra el poder divino
8. María fue inmune del pecado, porque
es el mayor de los males
9. La devoción ve la conveniencia de la
concepción inmaculada
IV.
María, inmaculada por ser la morada del Verbo Encarnado [Sermón 4]
1. La alabanza de María de parte de una
mujer del pueblo
2. Dios creó una morada admirable para
las criaturas, pero una más admirable para sí mismo
3. María, morada del Verbo Encarnado
4. María, fundada sobre la más excelsa
santidad
5. Dignidad de Cristo, necesidad del
hombre
V.
María, inmaculada por ser la morada de Dios [Sermón 5]
1. La concepción de la Virgen, semejante
a la de Cristo
2. Inmaculada por ser digna Madre de
Dios
3. Inmaculada, por ser morada digna de
Dios
4. Inmaculada por ser la morada de Dios
prefigurada en el templo de Salomón
5. María salvada del diluvio del pecado
original
6. María, inmaculada por privilegio
divino
VI.
María, inmaculada por ser ciudad de Dios [Sermón 6]
1. María, río de gracias
2. María, ciudad de Dios por tres
motivos
3. María, inmaculada por ser superior a
todos los santos
4. María, inmaculada por ser la
predilecta de Dios
5. María, ciudad de Dios y, por eso,
inmaculada
6. María templo de Dios y monte de Sión
VII.
María, Inmaculada por ser el segundo templo del Señor [Sermón 7]
1. La Inmaculada, inicio de la salvación
2. El segundo templo más maravilloso que
el primero
3. Eva, primer templo de Dios, rica de
gracia y de justicia original
4. Eva, templo de Dios quemado por
Satanás
5. María templo de Dios reedificado con
más esplendor
6. María, sin pecado de origen, porque
Dios estuvo siempre con Ella
7. María, sin pecado de origen por ser
la más cercana a Dios
8. María exenta de pecado actual
9. La fiesta de la Inmaculada fue instituida
por la Iglesia
10. Conveniencia de honrar a María con
el título de Inmaculada
VIII.
María, inmaculada por ser verdadera esposa y madre de Dios [Sermón 8]
1. La maternidad divina, principio de
toda la grandeza en María
2. María, inmaculada por ser verdadera
Esposa y Madre de Dios
3. María, inmaculada por ser digna Madre
de Cristo
4. María, sin pecado original por ser
mujer celeste
5. Dios se complace en la virginidad del
cuerpo y del espíritu
IX.
María, inmaculada por ser la más santa de los santos, esposa, casa y puerta de
Dios [Sermón 9]
1. La concepción de María semejante a la
de Cristo
2. La concepción inmaculada de María
completa las posibilidades en el orden de la gracia
3. María Inmaculada para ser digna
Esposa del Espíritu Santo
4. María, concebida inmaculada para ser
digna casa del Verbo Encarnado
5. María, inmaculada para ser digna
puerta por la que Dios viene al mundo
6. María, puerta de los justos que
entran en el cielo
X.
María, inmaculada por ser raíz de la humanidad, morada de Dios y agua pura [Sermón
10]
1. María, raíz preservada del exterminio
2. María Inmaculada, morada de Dios
3. María, fuente incontaminada
4. Nobleza, humildad y autoridad de
María
5. María, libre de la mancha del
incentivo de la concupiscencia
XI.
Por muchas razones María es Inmaculada [Sermón 11]
1. Parquedad de la Biblia en hablar de
María
2. Algunas explicaciones
3. Preservada por los méritos de Cristo
4. Preservada a causa de la misión para
la cual fue elegida
5. Preservada en razón de su nobleza
6. El matrimonio de María y José
7. Significado del nombre de María
8. Alta dignidad de María
XII.
La concepción de la bienaventurada Virgen María [Sermón 12]
1. María es la mujer nueva
2. María, semejante a Cristo
3. María es llamada hermana y esposa a
causa de su pureza inmaculada
4. El privilegio mariano es cantado en
el Magnificat
5. Alabanzas de la Biblia a María
6. María, esplendente trono de Dios
Una exhortación de san
Lorenzo para que acudamos constantemente a la Virgen María, la saludemos,
veneremos y confiemos en ella
“¡Oh, felices cuantos reciben igualmente
a María con piadoso fervor en la casa de su corazón! Serán sin duda colmados
con la abundancia de las gracias celestes al solo oír su voz. Lo mismo que el
Señor bendijo la casa de Obededón a causa del arca (cf. 2 Sam 6,10-11), así
será enriquecido de bendiciones celestiales el que hospede dignamente en su
corazón a esta arca viva de la divinidad.
Saludemos, hermanos carísimos, junto con
Gabriel a la beatísima Virgen y ella corresponderá copiosamente y con amorosa
comprensión a nuestros obsequios. De hecho, es costumbre, incluso entre los
bárbaros, que se corresponda a los saludos con mayor generosidad todavía. Si se
recibe el saludo de «feliz día», se responde con «feliz día y año». ¿Quién desconoce
esta costumbre? ¿Cómo, pues, la Virgen Santísima, tan humilde y humana, no va a
devolver el saludo a los que la saludan? Digámosle el ave, augurándole la paz,
proclamándola bienaventurada, y ella nos alcanzará el don de una paz mucho más
abundante. Alabémosla, celebremos su paz perpetua y su amistad perfecta con
Dios, su caridad y su santidad. Sólo de ella puede decirse que tuvo el corazón
perfectamente unido a Dios, como David lo pidió al Señor para su hijo Salomón
(cf. 1 Par 29,19); y como el mismo Salomón, en su plegaria pública en la
dedicación del templo, lo pidió para sí mismo y para todo su pueblo (cf.1 Par
29,61). María Virgen nos concederá la paz de la gracia y de la consolación, de
la que se dice: Fruto de la justicia será la (ls 32,17). Y también: Mucha pal
para los que aman tu ley (Sal 119,165); Habla de paz a su pueblo y a sus santos
(Sal 85,9).
Saludemos y veneremos a la Virgen
uniéndonos a Gabriel, embajador de Dios. Me atrevo a decir que por la fervorosa
devoción v piedad mariana se distinguen claramente los elegidos de los
réprobos, los hijos de Dios de los hijos del diablo, la Iglesia de Cristo de la
sinagoga de Satanás. Dios, óptimo máximo, honró siempre a la Virgen Santísima
como a Esposa dilectísima y Madre dignísima de su único Hijo. Satanás, por el
contrario, la persiguió siempre con odio implacable, como leemos en el
Apocalipsis, porque dio al mundo el Salvador (Ap 12,1-18). Por eso los fieles
cristianos, como verdaderos hijos de Dios, siempre han venerado a la Virgen
Madre de Dios con el mayor celo, devoción singular y culto ferviente. La
antigüedad, siempre venerable en la Iglesia de Cristo y acepta al mismo Dios,
conjuntó con toda solicitud las preces y alabanzas a María con la construcción
de templos, altares, imágenes sagradas, celebración de fiestas y sermones
solemnes”. (Diez sermones sobre el Ave María, sermón 1, núm. 5, pp. 176-177).
Guadalajara,
Jalisco, 9 diciembre 2014, san Juan Diego.
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