Navidad con el Cantar de los cantares 2,8-14
Lectura del 21 de diciembre
El día 21 de diciembre tiene un encanto
especial, porque ese día se lee en la Misa el Cantar de los cantares.
No sé por qué pudor los “misalitos” mensuales suelen editar la otra lectura,
bellísma por cierto (Sof 3,14-18), que, en realidad, es “la alternativa”. Leamos
el Cantar, introducción al Evangelio de la Visitación – Jesús Esposo que viene
por los montes – y entendamos que la Navidad son las nupcias de amor de Dios con
la humanidad; diré mejor…, conmigo, conmigo…
(Tomo el texto de una versión de “El Canta
Divino”, que me atreví a hacer hace luengos años…)
Ella
¿Sentís?
¡Los
pasos de mi amado!
Miradle
cómo viene,
saltando
por la sierra,
brincando
por las quebradas.
Viene
como gamo ligero mi amado,
como
ágil cervatillo.
¡Ya
se para!
¡Ya
está arrimado a mi cerca,
ya
mira por las rendijas,
atisba
por la empalizada!
Canta
mi amado
y
escucho que dice:
“Sal,
amada mía,
preciosa,
ven
a mí.
Mira,
ya se fue el invierno,
y
pasaron las lluvias y se fueron.
Brotan
las flores del campo,
y
vuelven las canciones;
se
oye por la vega
el
arrullo de la tórtola.
Le
han nacido las yemas a la higuera,
y
se huele el aroma de las viñas.
Paloma,
no
me escondas tu cara
en
los nidos de la roca,
en
los huecos de la peña;
que
quiero verte, déjame;
déjame
escuchar tu voz:
tu
voz es dulcísima,
tu
cara bellísima”.
*
* *
Acepto
yo, Jesús, tu cantinela,
tu
fúlgida saeta a mí lanzada,
acepto
que me cantes el Cantar,
que
nadie nunca así me lo cantara.
Paloma
de tus ojos me contemplas
y,
al verme tus pupilas, me hacen blanca,
paloma,
mi perfecta, amada mía
con
aun amor nupcial que te embriaga.
Que
yo sea hermosura te deleita,
que
de mi piel aspires tu fragancia,
que
sea yo tu éxtasis perfecto
mirándome
sin miedo cara a cara…
Dejarme
yo llamar preciosa y pura,
preciosa
de mi Dios y toda amada.
cual
fuera yo María Nazarena…,
las
lágrimas rubor mejillas bañan.
Salgamos
de paseo a la campiña
en
esta primavera que hoy arranca,
¡qué
hermosa está la higuera y el manzano,
las
flores del durazno delicadas!
Me
das, amado mío, lo que es tuyo,
del
mundo universal esta tajada,
trocito
azul de estrellas y galaxias
en
este huerto que a los dos encanta.
Cual
ramo de tu amor yo lo recojo,
que
en él está la luz de tu mirada,
que
tú eres luz, esposo que me hieres,
mi
salvación por siempre regalada.
¡Oh
fresca encarnación: es primavera,
eterno
amor de Dios que no se daña!
Es
profecía, eterna, nueva vida,
la
deuda perdonada y cancelada.
Oh
sí, vayamos a la vida, Amado,
yo
en tus brazos del todo confiada,
si
tú supieras cuánto en mí es tu Iglesia
mi
pequeñita siempre acariciada.
Reclino
en tu costado mi cabeza
y
guárdame en tu pecho esta palabra:
olvídense
mis cuitas y temores
y
sepa yo tan solo que me amas.
Guadalajara,
Jalisco, 21/22 diciembre 2016
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